Conocimiento de marca

El conocimiento de marca se refiere al nivel de familiaridad, reconocimiento y asociaciones que los consumidores tienen con una marca en particular. Es una medida de la fuerza y ​​la capacidad de una marca para influir en las decisiones de compra de los consumidores.

El conocimiento de marca se puede dividir en dos categorías principales:

1. El conocimiento de marca no asistido.
2. El conocimiento de marca asistido.

El conocimiento de marca no asistido se refiere a la capacidad de los consumidores para reconocer y recordar la marca sin la ayuda de ningún tipo de ayuda de marketing, como el nombre de la marca, el logotipo o la imagen de la marca.

El conocimiento de marca asistido, por otro lado, se refiere a la capacidad de los consumidores para recordar y reconocer la marca cuando se les presenta algún tipo de ayuda de marketing.

El conocimiento de marca es importante porque las marcas fuertes tienen una ventaja competitiva sobre las marcas débiles. Los consumidores tienden a elegir marcas que les resultan familiares y en las que confían, lo que puede llevar a mayores niveles de lealtad a la marca, ventas repetidas y mayores ganancias a largo plazo. Las estrategias de marketing como la publicidad, el patrocinio y el posicionamiento de la marca se utilizan para aumentar el conocimiento de marca y mejorar la imagen de la marca en la mente de los consumidores.

Imagínate un círculo que representa la mente de un consumidor. En el centro del círculo, hay una marca en particular, rodeada por otras marcas que compiten por la atención del consumidor. A medida que el consumidor tiene interacciones con la marca, se forma una conexión entre la marca y el consumidor, lo que aumenta el conocimiento de la marca en la mente del consumidor. Esta conexión puede ser en forma de recuerdo del nombre de la marca, familiaridad con el logotipo de la marca, asociaciones positivas con la marca, etc.

A medida que el conocimiento de la marca aumenta, la marca se destaca del resto de las marcas en el círculo, lo que aumenta su capacidad para influir en las decisiones de compra del consumidor. La marca se convierte en una opción preferida y en un nombre familiar en la mente del consumidor, lo que puede llevar a una mayor lealtad a la marca y, en última instancia, a mayores ventas y ganancias para la empresa propietaria de la marca.